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Varios años de agonía antiguamente habían pisado vuestras tierras, llenándose de incertidumbre y dolor por dentro acompañado de un temor que los hacía ser sometidos por un yugo que había lanzado una persona concebida del mismo mal en persona, Voldemort, quién no debía ser nombrado, había causado pánico en aquellas pobres almas que al final lograron ver un rayo de luz al final de aquel túnel oscuro. Han pasado varios años y en aquella comunidad mágica se ha presentado un nuevo cambio, todo marcado por el niño que sobrevivió quién, presenció la muerte misma desde un ángulo que ningún mago puede expresar y la venció otra vez. Gracias al gran cambio causado por aquel chico que había dado la mayoría de su vida, la comunidad mágica pudo iniciar de nuevo marcando una nueva etapa de sonrisas y alegría en aquella gente que antiguamente estaba oprimida por tantas pérdidas, meses después se había logrado presenciar el nuevo alzamiento del ministro mágico que logró cumplir todas las promesas que había planteado para ese entonces. La gente de aquella nueva era se veía feliz, sin cadenas ni ataduras, era plenamente agradable para toda la sociedad poder ver una vez más la tienda de varitas Ollivander’s repleta de jóvenes promesa que iban a asistir a aquel majestuoso colegio que apenas lograba recuperarse de la caída de su mejor director, los magos oscuros ya no eran comunes en aquella comunidad mágica londinense, es más, el ministro que ahora seguiría cumpliendo sus promesas que valían como el oro, tomó las riendas del asunto enviando a la mayoría de magos oscuros directo hacia azkaban a manos del joven auror Arthur Fleshland. No sólo ha ocurrido en tan poco tiempo eso en aquella comunidad, el trabajador del ministerio Joseph Ludovich le ha brindado actos de caridad a esa comunidad mágica que, se encontraba interesada ligeramente en las acciones que este trabajador desempeñaba a la hora de ayudar a la comunidad mágica la cual lo requería con certeza para dicho momento que cada vez se tornaba más satisfactorio para aquellos magos que tan sólo deseaban una buena calidad de vida. Poco a poco la comunidad mágica iba recobrando aquello que perdió y lo hacía de una buena manera, con las personas indicadas para realizar el trabajo que ciertamente ningún hombre pudo realizar después de la caída de aquel monstruo sin alma que a día de hoy todavía algunos temen nombrar. ¿Podrá esta comunidad mágica seguir hacia delante en el trayecto que van?